El derroche del concierto de Pitbull debiera ser considerado un flagrante daño patrimonial, con las consecuencias legales que este implica.
Si contemplamos que el flamante Chiquihuite Azul debe albergar 65 mil personas incluyendo a 15 mil en la cancha, y que al concierto del cantante cubano entraron apenas 15 mil, confirmamos que los 7 millones que gastaron en el evento “gratuito"” resultó un absoluto fracaso.
No es posible que mientras los hospitales de Puebla carecen de vacunas y material quirúrgico, el Señor de los Cerros tenga el descaro de entregarle una millonada a un cantante, para que entretenga durante poco más de una hora a 15 mil poblanos.
Y por si fuera poco, ¿en aras de qué diablos organizó este concierto?
No hubo una celebración o una fecha conmemorativa que justificara ese evento.
Simplemente se le ocurrió a Rafael.
A ese paso —en Casa Puebla— terminarán como Los Borgia, organizando el Ballet de las Castañas.

Dos morenovallistas alucinados

Los que también sorprenden por su nivel de cinismo son otros dos miembros de la burbuja morenovallista.
Por un lado, el diputado Juan Pablo Piña, quien propuso aprobar la Ley Contra Robo de Hidrocarburos y por otro, el auditor David Villanueva, quien acudió a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara para  presentar el libro: “Una mirada a la historia de Cuentas Claras en Puebla”.
Respecto a Piña, resulta ridículo que hable de una ley contra robo de hidrocarburos, cuando el gobierno del que fue alto funcionario solapó la presencia de una red de ladrones de hidrocarburos (chupaductos), encabezada por los mandos de la propia Secretaría de Seguridad Pública, los cuales hoy andan más libres que el Chapo Guzmán.
Conociendo lo sucedido en Puebla con la pandilla de Facundo Rosas, las palabras del jovenzuelo extraídas de su boletín no tienen desperdicio. Vean y juzguen: 
“En su exposición el Diputado señaló que la iniciativa “permitirá a las instituciones encargadas de administración y procuración de justicia contar con herramientas suficientes para erradicar el gravísimo problema de robo de hidrocarburo que está afectando al país y a la economía nacional”.
Y por lo que toca a Villanueva, aunque la obra presentada es un recuento histórico, no se puede hablar de transparencia cuando el gobierno al que él pertenece se ha caracterizado por su férrea lucha contra la rendición de cuentas.
Y este no es un tema subjetivo, en Intolerancia Diario hemos dado puntual cuenta de la cerrazón de un gobierno para abrir información como la de la compra de helicópteros, la construcción del CIS, el número de despedidos, los gastos por el teleférico, la compra de equipo de espionaje entre muchos más.
Sin embargo, de acuerdo al boletín oficial emitido por la Auditoría Superior del Estado, pareciera que el presentador vive en un estado muy distinto a Puebla.
Aquí sus palabras: 
“El doctor David Villanueva señaló que el libro, legitima el esfuerzo por hacer de la rendición de cuentas un elemento para apuntalar la eficacia, eficiencia y transparencia en el uso de los recursos públicos.”
Me queda claro que estos alfiles morenovallistas padecen una rara enfermedad que los hace ver espejismos y los lleva a pensar que Puebla es Ginebra, Wellington o Copenhague.
Por eso estamos como estamos.